Los diseños: sus simbolismos y significados (Extraído de Juan José Rossi-Diseños nativos de la Argentina-Edit. Galerna

...Cualquiera de nosotros -diseñador, pintor, artesano, docente, escritor, periodista, publicista o industrial- puede inspirarse o recrear, y hasta copiar, el diseño nativo por su sola belleza, pero nunca debemos olvidar que su configuración final, en cerámica o en cualquier otro soporte, no persiguió prioritariamente una finalidad estética -aunque de hecho se haya logrado con creces- sino funcional para diversas actividades y significante en relación con aspectos de su cosmovisión y del sistema sociopolítico y religioso de la comunidad.
En la práctica, los investigadores arqueólogos y etnógrafos diferencian "tipos" de obras y diseños que surgen y responden a las técnicas, filosofía de vida y cosmovisión de diversas culturas a las cuales adjudican nombres arbitrarios, generalmente toponímicos. En consecuencia, conociendo, al menos aproximadamente, tanto las costumbres como la mitología y sus elementos protagónicos y la función de los soportes en que los pueblos creadores estamparon los dibujos, podemos llegar a comprender "algo" de sus significado, ya sean éstos simbólicos, didácticos o exclusivamente decorativos.
Simbólicos son aquellos con los cuales el autor del objeto (sea éste chamán o sólo artista/artesano de la comunidad) quiere expresar algo que trasciende la apariencia. Por ejemplo, un zig zag o espiralado puede representar una serpiente y, a su vez, ésta al inframundo de su cosmovisión o al mundo de los muertos.
Didácticos, los que transmiten, de generación en generación, historias, personajes, tradiciones, pautas y normas de convivencia. En la práctica resultan una verdadera escritura de un idioma generado por la comunidad. Ejemplo clásico, en este sentido, son los dibujos que representan personajes y animales mitológicos, actividades agrícolas, sistemas de riego y de cultivo, etcétera.
Decorativos, aquellos que sirven de soporte y complemento de los dibujos centrales para que la pieza, además de transmitir una idea, una tradición o un código determinado, sea importante y agradable de ver. A veces, el diseño en su totalidad sólo pretende resaltar la función específica del objeto y probablemente no haya que buscar significados.
Si bien, como queda dicho, todavía "apenas" nos aproximamos al significado y función de los dibujos, investigaciones arqueológicas, etnográficas y del área artística arriban a conclusiones que nos permiten vislumbrar su origen y sentido. En general los diseños son elementos que se repiten, dentro de una cultura o en casi todas de una misma región, combinándolos con llamativa armonía. Se repiten, es cierto, pero esta modalidad no demuestra incapacidad creativa como insinúan algunos, sino fidelidad a un núcleo filosófico-religioso significado en los motivos centrales. Es posible identificarlos como mínimo en tres grandes grupos:
  • Dibujos lineales o "geométricos". Suelen ser significantes o sólo decorativos para realzar la pieza o un dibujo simbólico central. Es probable que tengan su origen remoto en la percepción de convergencias de líneas o planos y en las tramas de cestería y tejidos, pero también en la representación simple, ingenua o sintética, del entorno vegetal, animal, topográfico y cosmológico. A veces con pocos y elementales trazos -no identificables fácilmente por nuestra mentalidad "copada" por una cultura extracontinental -representaron y representan animales que les eran y son familiares, al punto de constituirse en elementos "sagrados" de su mitología. Posterior o paralelamente a la captación del objeto, en la medida en que éstos formaron parte de su cosmovisión, entonces perfeccionaron, ampliaron o simplificaron al máximo las formas que incluyeron en sus obras. Sólo sugeriré algunos ejemplos: la cruz (común a todas las culturas de la pre-América) puede estar representando a la Cruz del Sur misma, a los cuatro puntos cardinales o a cuadrantes de una cosmovisión, etc.; el rombo o rectángulo con prolongaciones, al batracio; los escalonamientos y grecas, a la unión con el mundo "de arriba", a técnicas y actividades agrícolas, etc., y también a animales o partes de ellos, por ejemplo, fauces o garras; triángulos, cuadrados, exágonos..., simples o superpuestos en distintos planos, pueden representar rastros de aves o cuadrúpedos. Las manifestaciones serpentiformes más comunes están representadas por la "ese" (S) vertical, horizontal o inclinada y los zig-zag, cuyo extremo a veces termina en el triángulo que representa la cabeza del reptil. Abundan los escalonados, ajedrezados o dameros, espiralados, triángulos, cuadrados, exágonos y otros, para representar todo tipo de realidades (terrazas, cultivos, sistemas de riego, unión con otro mundo, rastros de animales, etc.). Los motivos reticulados o plenos, fuera o dentro de los dibujos centrales (por ejemplo, de un suri o un batracio) juegan como relleno decorativo para resaltar una figura o el todo.
  • Las representaciones zoomorfas se originan en el hábitat de donde emergen en íntima relacíón con alguno de los tres niveles con que la filosofía nativa generalmente concibe al universo en su totalidad. Con características disímiles y en algún sentido semejantes, cada cultura grafica y representa tres niveles del universo: el mundo de arriba con un ave de envergadura (águila, cóndor, etc.); el de la superficie con el jaguar, zorro, etc. y el hombre mismo; el de abajo (inframundo) con el reptil en sus distintas formas, destacándose la serpiente. Los animales más comunes, además de los mencionados, son el suri o avestruz, la rana, sapo, lechuza, cóndor, quirquincho, zorro, puma, lagarto, llama, guanaco, murciélago,  y otros, según la región. 
  • Los diseños antropomorfos manifiestan actividad y poder shamánico, político o militar, diversas actitudes del hombre con implicancias éticas negativas o positivas, transmisión de normas de convivencia, personajes y héroes mitológicos emergentes de su cosmovisión e historia... cuyo contenido más específico permanece todavía oculto a la investigación.
 El felino, la serpiente, el batracio, el suri y la lechuza son los cinco más representados a lo largo de todo el territorio argentino con infinitas formas y detalles distintos según la cultura y región.
En relación con el felino, expresa el arqueólogo Dr. Alberto Rex González:
"En el aspecto religioso debió desempeñar un papel de primer orden; no se trata de una mera forma decorativa. La figura felínica, por la frecuencia con que se la representa constituye (...) una verdadera obsesión; conocemos el papel importantísimo que tuvo esta figura en varias culturas americanas: San Agustín en Colombia, Chavín y Recuay en Perú, Tiahuanaco en Bolivia. Al felino se lo representa por doquier en todas las manifestaciones materiales de la cultura de La Aguda... No dudamos de que el principio que inspiraba esta representación fue de esencia religiosa y de capital importancia en el pensamiento del pueblo. El felino y sus atributos muchas veces se asocian con imágenes humanas de guerreros; probablemente el culto de este animal estuvo vinculado con prácticas bélicas. Otras veces se asocia con figuras ofídicas claramente representadas por cabezas triangulares bipartidas o, completamente desnaturalizado, afecta una forma de reptil y sólo es reconocible por las manchas y garras. El polimorfismo gráfico traduce aspectos de las creencias con él relacionadas e indica las formas diversas que puede revestir una deidad... Estas imágenes no pueden ser el producto de la fantasía casual del artesano que busca motivos de creación artística; detrás de todas estas representaciones existe un núcleo de ideas estabilizadas que debieron ser importantes en los aspectos mitológicos y religiosos de esta cultura" (Argentina indígena, vísperas de la conquista, Paidós 1985, p. 72.
Más allá de la exacta significación de cada uno de los dibujos -que día a día seguramente iremos entendiendo mejor-, el lector podrá apreciar por sí mismo que todos los diseños son armónicos, bellos para mirar y con características propias que los hacen inconfundibles en el mundo entero.
Finalmente vale la pena tener en cuenta que los orígenes de algunos de los dibujos espectaculares que hemos heredado en las obras prehispánicas se remontan embrionariamente a las pinturas y grabados rupestres de miles de años antes de ahora, reafirmando de esa manera la existencia de un paulatino proceso cultural en nuestro territorio.
 

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